viernes, 16 de febrero de 2018

El timo del radiofonista

Es tanta la tabarra que nos están dando los operadores de RPAS a los que damos soporte, con la supuesta urgencia que los que venden formación les están metiendo para que sus pilotos obtengan "certificados de radiofonista", que vamos a tener que decir desde ya las cosas muy claras: se trata de un puñetero timo, no piquéis.



Lo dijimos por activa y por pasiva en nuestras últimas entradas en este blog; ni en la misma AESA se ha aclarado aún la forma de cumplir con el requisito que el nuevo Real decreto (RD) que regula los drones impone para acceder al espacio aéreo controlado ni, más allá de que es bueno recibir formación por el hecho de saber más sobre el medio en el que uno se mueve, ese certificado de radiofonista que están vendiendo como caramelos en algunas ATOs sirve para nada, por ahora.


Y lo repetimos porque, si no se va a recibir una formación especialmente esmerada seguida de una verificación de competencia por agente externo a la organización de formación que emite el certificado, que poco tiene que ver con los cursos que se están publicitando de una tarde o en el mejor de los casos de 10  horas, dicho "certificado de radiofonista" no aporta nada nuevo a lo que ya tiene cualquier piloto que posea uno de los denominados "certificados teóricos avanzados" o, mejor aún, una licencia de vuelo con la habilitación RT.


Vamos que, si la cosa va de justificar con un papel que el piloto dispone "de los conocimientos necesarios para obtener la calificación de radiofonista", como dice el RD y sin más verificación de que es así que la que te hace el mismo que te vende el curso, no deberías necesitar nada más porque ya cumples si piensas que la diferencia del silabus entre un curso teórico básico y uno avanzado es precisamente lo que dice el RD que se requiere (a efectos formativos) para entrar en espacio aéreo controlado.



Así que, si ya tenéis el certificado teórico avanzado y no os gusta especialmente gastar dinero en formación (cosa que no es para nada malo, sino más bien recomendable), no tenéis que hacer ningún curso de radiofonista, al menos, hasta que se aclare bien el tema en la AESA y se concrete dónde y cuándo será necesario contar con un "certificado de radiofonista" (y el equipo que se defina) que, tal como pintan las cosas y a baja cota, posiblemente solo será cuando tengas a la vista una torre de control durante la operación y poco más.



domingo, 11 de febrero de 2018

La tercera oportunidad

Hace más de tres años, allá por octubre de 2014, ya se veía venir lo que ahora mismo estamos viviendo y, recordando a Paco Costas en aquellos momentos, ya pensábamos que se trataba de la segunda oportunidad de la AESA para no cometer los mismos errores cometidos con otros segmentos de la pequeña aviación.

Pero vamos a tener que darles hasta una "tercera oportunidad" en el mundo de los drones


A ver si, adaptando el mensaje visual de nuestra entrada de 2014 a los vehículos no tripulados, quien tenga responsabilidad en el tema lo termina entendiendo (https://youtu.be/SeliNDVNLVM)

El asunto no es intrascendente ya que las cosas no han ido a mejor. Lejos de corregirse la mala tendencia, en lo que se refiere a la formación inicial de los pilotos de RPAS, la falta de supervisión de la AESA permite que cualquiera que se presente a un curso básico o avanzado tenga una probabilidad de aprobarlo cercana al 100%. Así que no, no se aprovechó aquella segunda oportunidad que se les brindaba tras evidenciarse la falla latente en aquel seminario que organizó el COPAC en 2014 y, ahora, estamos a punto de perder hasta una tercera oportunidad para evitar futuros incidentes/accidentes por causa de la deficiente formación de los pilotos.

Casi cuatro años más tarde seguimos sin verificaciones de que la formación que imparten las ATOs (y en breve otras organizaciones de formación que se unirán a la oferta) es asimilada por los aspirantes a piloto; y el asunto es urgente porque se empieza a plantear la apertura de escenarios de mayor riesgo (nocturno, urbano, espacio controlado y aglomeraciones de personas) a aquellos pilotos, más de 10.000, formados con unos criterios tan poco exigentes.

Recordemos que el índice de aprobados en la formación inicial es próximo al 100%, lo que quiere decir que los españoles estamos especialmente dotados por la naturaleza para las operaciones aéreas o...

A Sheldon no le huele bien.

Profundizando en el error del todo vale mientras se sostenga sobre un papel, una de las más recientes pretensiones de la AESA es que se obtenga una "certificación de conocimientos que habilite para usar una radio en banda aérea" haciendo un "curso de radiofonista", por llamarlo de alguna manera, que se está ofreciendo ya en unas 10 horas en los mejores casos. ¿Alguien que haya utilizado en entorno aeroportuario una radio se puede creer que alguien, y menos un piloto con la formación inicial recibida por la mayoría de los pilotos de RPAS, puede ser un radiofonista competente con 10 horas de formación?


Al maestro Kenobi tampoco le parece posible.

Es cierto que las medidas de mitigación de riesgo que se proponen para el acceso de los RPAS al espacio aéreo controlado son muchas más que el simple uso de la radio.

Es cierto, como os contábamos el mes pasado, que no será estrictamente necesario (como están vendiendo gente sin escrúpulos para hacer caja) habilitarse en el uso de la radio aeronáutica para operar en entornos controlados; de hecho se estima que la inmensa mayoría de las operaciones de RPAS en esos entornos serán realizadas sin más equipo de comunicaciones que un teléfono y un scanner (algo que no puede emitir) para estar a la escucha en frecuencia.

Pero relajar los requisitos para acceder a una habilitación de radiofonista no es una solución y empieza a ser otra evidencia del problema de fondo que se detectó en 2014 y aún no se ha corregido, que es la falta de supervisión que la AESA está haciendo de las organizaciones de formación y los requisitos formativos en el sector de los RPAS confiando en que, sobre el papel, todo queda supuestamente bien amarrado.


Os lo apuntábamos en la última entrada pero os lo recordamos ahora. España aún tiene el triste récord del accidente aéreo con mayor número de víctimas mortales de la historia, el de Los Rodeos, y una de las causas (porque siempre hay una cadena de causas en un accidente) fue una interferencia, en el peor momento posible, de las comunicaciones entre la torre y el avión que esperaba en cabecera de pista para despegar.

Solo los que ignoramos las lecciones que nos da la historia estamos condenados a repetirla.