lunes, 20 de julio de 2015

Cuidado con el segundo régimen de vuelo

Todos los años se repite la misma historia y algún piloto se despista metiendo su avión en segundo régimen de vuelo a baja cota, a tan baja cota que la cosa no tendrá solución porque para subir no tendrá más remedio que picar y el suelo estará demasiado cerca.

Es una de las causas que se repiten una y otra vez en la estadística: la falta de anticipación de los pilotos para ver a donde la situación les está llevando. Meterse en la boca del lobo lo llaman algunos.

Todo un clásico de los accidentes por volar en segundo régimen y, encima, virar próximo a la pérdida.

Y es que el paso tan de puntillas que algunas escuelas hacen del estudio de la teoría, los fundamentos del vuelo y las actuaciones de las aeronaves, tiene sus consecuencias. Por ello hace unos años preparamos una serie de boletines de seguridad (que lamentablemente no tuvieron continuidad más allá de los 4 trimestres editados que tenéis a vuestra disposición aquí) donde, entre otros temas, se hablaba de las actuaciones o, como lo llaman los anglófilos, las perfomances.


Era el hoy Coronel del Ejército del Aire Fernando Roselló, uno de los instructores mejor formados de nuestro país, quien nos lo contaba y nos regalaba este artículo sobre actuaciones en aviación ligera, que era el complemento perfecto de las muchas charlas que ofrecía a lo largo del año durante aquello que se hizo llamar las Jornadas para el Fomento de la Seguridad en Vuelo y que seguro que salvó unas cuantas vidas, y evitó muchos más sustos, concienciando a los pilotos recreativos sobre su seguridad entre los años 2009 y 2013.

Otro clásico que mezcla el techo de servicio con el segundo régimen, con los resultados previsibles.

Una prueba más de que aunque mucho se invirtió en divulgar y fomentar la seguridad de vuelo, como la calidad de los seguros, lo ganado, cuando se deja de cuidar, se termina deteriorando y, finalmente, perdiendo. Una lástima porque cada paso atrás en la seguridad de vuelo tiene su precio en accidentes y vidas.




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