viernes, 12 de agosto de 2016

Intrusismo laboral en el aire

Que se den casos de intrusismo en el sector aeronáutico no es ninguna novedad pero, la falta de vigilancia de nuestra autoridad aeronáutica (AESA) en ciertos sectores, mal regulados y escasamente supervisados, como son los RPAS y el ULM, ha vuelto a producir un nuevo repunte de la economía sumergida.


Nos referimos principalmente a los operadores de RPAS que, gracias a una deficiente normativa provisional, han visto como los auténticos profesionales (ésos que ya estaban ahí, pagando sus impuestos, antes de que la mayoría de los 1.500 operadores recientemente autodeclarados supieran lo que era un drone) están viendo como pierden trabajos por imperativo legal mientras intrusos, que deberían llamarse piratas sin miramientos, hacen aquellos trabajos que una norma, las más de las veces absurda, impide hacer a los profesionales respetuosos de la ley.

Y lo peor no es que este pirateo esté quitando el pan de la boca a quien ha cumplido con todos los requisitos que marca la normativa y reniega de su honradez cada vez que tiene que decir a un cliente que "éso no se puede hacer"; lo que en realidad la mayoría de las veces es sinónimo de que no es legal, porque hacerlo puede ser perfectamente seguro. Lo peor es la apatía del supervisor que no interviene poniendo orden en el sector y permitiendo que los piratas, encima, se jacten ante el profesional de hacer los trabajos que éste se ve obligado a rechazar.

Hemos preferido ilustrar la entrada con un video de un operador extranjero;
y no es por falta de producción pirata nacional.

Así, en un pequeño paseo por YOUTUBE puedes encontrar cientos, por no decir miles, de videos de "operadores de RPAS" que se saltan a la torera la norma (demasiadas veces con claro riesgo para terceros) y no se cortan ni un pelo al publicar sus hazañas, quizá porque saben que la AESA raramente iniciará un procedimiento sancionador de oficio en esos ámbitos. La AESA, perezosa y lenta por tradición, suele preferir que alguien denuncie o que salte la alarma mediática, para dar un escarmiento al cabeza de turco de turno.

Es tal el impacto que está teniendo entre los profesionales que empiezan a surgir páginas que hacen evidente la situación, recopilando en FACEBOOK entradas diarias con este tipo de vuelos ilegales realizados, casi siempre, por operadores no habilitados en la AESA.

No es la única página de se dedica a recopilar videos "sospechosos" pero es una de las más activas.

Pero lamentablemente no es el único sector en el que hay intrusismo y pirateo. De hecho el pirateo es inversamente proporcional a la calidad de la normativa reguladora del sector. Cuanto más mala es, más piratas produce.

Es mucho menos visible, pero no por ello menos lucrativo para el pirata y lesivo para el profesional, que llegadas estas fechas también haya una proliferación de la oferta de "vuelos turísticos" ofrecidos por pilotos, sobre todo de ultraligeros, que se quieren sacar unas perrillas sin cumplir con los requisitos formales y legales que los únicos habilitados para ello pueden ofrecer.

Hacen una competencia desleal a las AOCs legalmente establecidas que ofrecen este tipo de "vuelos turísticos" y a las escuelas de ULM que tienen aprobados productos similares en sus manuales de operaciones; por no citar el pandemónium que se montaría si tuvieran la mala suerte de sufrir un accidente y la actividad no estuviera autorizada con todos sus perejiles (pilotos cualificados, manuales de operaciones aprobados, mantenimiento y seguros al día, etc).

Algunas webs de "experiencias" parecen auténticos topmanta de vuelos de turísticos ofrecidos por operadores autorizados por la AESA y otros no tanto. Nos abstendremos de dar pistas a la AESA, que tampoco es nuestra función.

La AESA, una vez más, rara vez interviene cuando tiene conocimiento de ello salvo que medie una denuncia del usuario o de un operador autorizado que se sienta perjudicado. En tales casos hemos visto imponer alguna sanción de más de 30.000 € al intruso.

Pero, por lo general, es como si la Guardia Civil, en sus funciones como supervisor de que se cumple la normativa de tráfico, hiciera la vista gorda cuando detecta a alguien circulando sin seguro o excediendo los límites de velocidad y no interviniera a menos que otro conductor presentara una denuncia ante la DGT.


Sonaría absurdo que la Guardia Civil actuara con esa pasividad, ¿verdad? Pues no olvidemos que la AESA es a la DGAC lo que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil es a la DGT. Ambos son supervisores de un regulador, eso sí, unos muy apáticos y otros, en ocasiones, incluso excesivamente celosos de su función.

Como decimos en España: ni tanto ni tan calvo. Ni la dejadez en su labor de supervisión de la AESA ni los radares colocados para recaudar como "única solución" a la siniestralidad de la DGT. En el punto medio debe estar la virtud. Dicen.

Soluciones hay, que pasan necesariamente por mejorar el marco normativo para que cada cual cumpla con lo que es razonable cumplir, sin excusas y dejando el pirateo a un lado porque no compensará. Y para ayudar a concretar la mejor solución, si el bagaje del operador no llega, están las consultorías como la nuestra que tanto en el ámbito de los RPAS como en el de los ULMs pueden facilitar, y mucho, la regularización de actividades que no sean todo lo legales que debieran y deseen dejar de serlo.



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