jueves, 12 de febrero de 2015

Hay errores que matan...

... como son los de concepto en el sistema español de formación de pilotos de ULM.

Casi el 50% de los alumnos no aprueban el teórico de ULM

Y es que nos llegan muchos comentarios a santo de la “movida” que hay con la base de datos de preguntas para los exámenes de ULM que se está consensuando entre “los profesionales” (exclusivamente los instructores de vuelo de las escuelas autorizadas y nadie más) y la AESA, como si fuera el Santo Grial (el que lo cura todo) del ULM, aunque la conclusión que sacamos los profesionales de la formación es que igual no se está poniendo el parche donde está saliendo el grano.

Así que algunos nos preguntamos: si nos enfrentamos ante una situación similar a otras que ya han sido solucionadas de una manera satisfactoria, ¿porqué no se aplican soluciones similares?

Hace tiempo que los profesionales de la formación (educadores, sicólogos, pedagogos, etc.) llegamos a la conclusión de la importancia de la interdisciplinariedad en las evaluaciones. Esto implica la convergencia de diferentes enfoques (a veces con extraños compañeros de equipo) con un sentido complementario a fin de evitar las naturales limitaciones de los encuadres centrados en una sola perspectiva, permitiendo de éste modo alcanzar una solución/toma de decisiones más segura, coherente y con mayor probabilidad de éxito.


Un equipo interdisciplinar

El asunto es que se viene detectando que un porcentaje muy alto (casi el 50%) de los alumnos que presentan las escuelas al examen teórico de ULM viene siendo suspendido, por lo que la solución que se ha planteado desde la AESA (ante la queja de algunos instructores) es que las preguntas de los exámenes provengan de una base de datos conocida. ¿Y es esa "la solución"?

Mucho nos tememos que NO porque el problema que se trata de resolver con esta solución del banco de preguntas, (el alto índice de suspensos, un síntoma, y no la mejora de la seguridad de vuelo, la enfermedad), radica en realidad en dos factores: uno que sería en parte subsanable con esa medida y otro que no.

El subsanable es la pobre calidad pedagógica de algunas de las preguntas habituales en el examen pero, sobre todo, de un examen (en su conjunto) que no está diseñado siguiendo ningún criterio didáctico sino, más bien, como criba indiscriminada en la que no se trata de verificar la asimilación de los “killer points” de la aviación y unas buenas prácticas aeronáuticas, que es el objetivo que debería atender este examen.

Resumen de la última reunión AESA-Escuelas de ULM

Pero el factor que no se va a solucionar de ninguna manera facilitando las preguntas de los exámenes es la escasa formación teórica que ofrecen muchas de las escuelas españolas, pues con esta base de preguntas a secas lo que se conseguirá es justo lo contrario a lo deseado: que los alumnos, ante la falta de clases teóricas que les permitan asimilar los contenidos, se aprendan como loros las 1.500 preguntas propuestas y, sin razonar ni asimilar el concepto que tratan de recoger, aprueben los exámenes teóricos sin interiorizar nada.

Y recordemos que la asimilación de los contenidos teóricos, en España, solo se verifica mediante un test escrito ya que ningún examinador verifica, con una entrevista personal con los examinandos como se hace en los países aeronáuticamente civilizados, que el alumno comprende los conceptos y es capaz de aplicarlos de una forma práctica en su operación.

Por tanto, aportando como única solución al problema una base de datos de preguntas de examen estaremos puenteando el relé que nos avisa de que algo está fallando en el sistema formativo, algo similar a la "solución" que propusieron los mecánicos del vuelo JK5022 de Spanair a un aviso luminoso que no se apagaba en la aeronave siniestrada.

La solución no es puentear un relé que falla, sino cambiarlo

Así que el problema de la formación de pilotos de ULM lo que necesita NO es solamente una base de datos de preguntas de examen para que haya más aprobados (puentear el relé) sino garantizar que el sistema forma adecuadamente a los alumnos también en los contenidos teóricos:
  1. Recibiendo en su escuela una formación teórica de calidad de manos de instructores capacitados.
  2. Asimilando los conceptos y no limitándose a memorizar un banco de preguntas.
  3. Capacitando al examinador para que haga un verdadero examen, dirigido a verificar la competencia del piloto, y no limitándose a burocratizar el proceso de emisión de una licencia de vuelo.
Y para éso hay que empezar por otro sitio, no por la base de datos de examen sino por la formación continua de los instructores pero, sobre todo, de los examinadores y la modernización del proceso de examen a imagen y semejanza de lo que se hace en otras organizaciones con cultura generativa de la seguridad porque, si no cambiamos el actual proceso de examen, tanto teórico como práctico, limitándonos a publicar una base de datos de preguntas, no habremos solucionado nada; más bien todo lo contrario, estaremos maquillando el problema de fondo.


Igual es que ha llegado el momento de cambiar toda la estructura de la formación de pilotos de ULM en España, y ya que estamos en plena revisión normativa sería buen momento, y no solo de poner un parche para que el indicador “excesivos alumnos suspendidos en el examen teórico” deje de incordiar sin importarnos sus implicaciones sobre la seguridad de vuelo.




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